Deporte
El Rayo Majadahonda asciende a primera división autonómica
Mañana con un sol de justicia y temperatura extrema por encima de los 35 grados (en el cesped sintético aún más) que enfrentaba a Boadilla y Majadahonda en disputa por la sexta plaza de ascenso directo a primera división autonómica. Expectación y lleno en las gradas de sol y sombra (árboles) del estadio con amplia representación de ambas aficiones que animaron a los suyos hasta la ronquera.
Comenzó el Rayo muy metido, consciente de la importancia vital del encuentro y sabedor de que un empate le daba el ascenso y qué mejor manera de conseguirlo que ir a por la victoria. Así llegó el 0-1 con una jugada de tiralineas donde un balón en profundidad calculada llega hasta el extremo que dribla y centra raso sorteando a defensas y portero para que en la raya de gol, en dura pugna con un defensa, un certero remate consiga el primer tanto. El Boadilla no acertaba a acomodarse en el campo, fruto quizás de los nervios y la responsabilidad del partido (pues equipo y calidad tienen de sobra y será quizás uno de los dos mejores 7º que ascienda) y el Rayo lo aprovechó antes de concluir el primer tiempo con un soberbio disparo desde el medio campo que entró como un obús por la escuadra. Con 0-2 se llegó al descanso.
La mayor envergadura, edad y estatura del Boadilla y sus temibles segundas partes hacían temer que ésta no iba a ser un camino de rosas. Y así fue. Nada más comenzar, el Boadilla marca un espléndido gol de certero golpeo y a los cinco minutos llega el segundo con no menos calidad desde fuera del área, lo cual dejaba el encuentro en tablas (2-2) y con media hora de juego por delante. Tras unos momentos iniciales de zozobra, sin embargo, los visitantes comenzaron a llevar el ritmo del partido que más les interesaba: mucho centro del campo y juego en el ancho del terreno sin llegar a las áreas. El Rayo supo aguantar el balón, sufrir y defender el resultado con uñas y dientes y dio una lección de pundonor, oficio y buen hacer que distingue a las grandes plantillas. Aún así la mejor y única oportunidad clara fue del Boadilla, en espléndido cabezazo que atajó el portero majariego en gran estirada.
Cuando pitó el árbitro el fin del partido, júbilo y alegría entre jugadores, técnicos y peñas rayistas que se desplazaron para arropar al equipo y que invadieron el terreno de juego con cánticos, saltos y coreando a los jugadores. Nos dicen además que es el único equipo donde todos sus jugadores son de primer año infantil que asciende en los seis grupos de preferente.



